Niño riendo
Niño riendo Hacia 1670-1675 Óleo sobre lienzo, 52 × 38, 5 cm National Gallery, Londres Murillo dedicó particular atención a este tipo de personajes que, hasta ese momento, habían aparecido como secundarios en la pintura euro- pea y particularmente en el ámbito español. Dota a estas figuras anónimas de individualidad y protagonismo, elevando su dignidad al proveerlos de sentimientos propios y de la capacidad para exteriorizarlos: en este caso, la amplia y expresiva sonrisa que contrasta con la mísera indumentaria del muchacho. La composición es de gran simplicidad. Sin embargo, el tratamiento de la luz, la posición corporal del niño -muy cercano al espectador- y la visión en perspectiva del alféizar, que separa sutilmente el exterior del interior en penumbra, crean, en tan escaso lienzo, un espacio particularmente profundo. El retrato; el selfie; la exhibición de la persona…No hay nada que marque más a los adolescentes hoy día que la necesidad de ser vistos, de ser ident